lunes, 25 de mayo de 2009

apoyo

Nadie tiene la obligación de ser amante del arte, ni de tener la mas mínima sensibilidad hacia las obras artísticas. Y aún así puede ser una buena persona.Pero lo que no se puede admitir es que cuando se trata de modificar un espacio PÚBLICO que contiene un patrimonio PÚBLICO para goce o sufrimiento de la ciudadanía, se produzcan atropellos como en el caso de las aguadas de David Padilla, un artista de Jaén cuya obra da testimonio de lugares y modos de vivir muy nuestros, que nos aportan identidad como habitantes de esta maravillosa ciudad.Sería deseable que en ocasiones como ésta los equipos de técnicos, retécnicos y pretécnicos de la Administración responsable tuvieran en cuenta algunos criterios referidos al respeto y dignificación de las obras artísticas de dominio público y sus autores o autoras y velaran por su aplicación.

Pepe Ávalos

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